Lisbeth Salander es la protagonista femenina de la trilogía Millenium. En la novela explica que Lisbeth tiene problemas para relacionarse en sociedad con normalidad y eso puede ser producto de una niñez y adolescencia convulsas. Salander tiene un tutor que se aprovecha de la situación para controlar su vida, es decir el tutor controla todo lo que ella hace e incluso le pide dinero y la obliga a mantener relaciones sexuales con él. La protagonista cansada de los malos tratos que recibe de su tutor graba en vídeo las constantes violaciones a que es sometida y utiliza estas imágenes para hacerle chantaje. Pero su venganza no termina aquí Lisbeth se hace con un aparato de electrocutar y ata a su tutor en la cama mientras lo electrocuta. Así al final Salander consigue que nadie le pisotee sus derechos y se libra de los malos tratos.
Esta historia incluida en el primer libro de la trilogía de Stieg Larsson nos plantea una pregunta muy clara: ¿El fin justifica los medios? En el caso de Lisbeth Salander creo que sí, ya que estamos hablando de una situación límite, la vida de la protagonista se derrumba día a día y si no pone remedio le puede causar más traumas de los que ya le ha producido. Por tanto creo que en esta situación los medios son lo de menos, lo importante es recuperar su dignidad. El problema surge cuando pensamos: ¿Qué pasaría si todo el mundo se cogiera la justicia por su mano? ¿No seria mejor que Salander hubiera denunciado? Claro está que no podemos tomarnos la justicia por nuestra mano, pero hay situaciones en que el instinto pide que se haga así. En ese momento entra en juego nuestra capacidad de autocontrol y razonamiento, bien es cierto que muchas veces la justicia ataja la violencia con cierta timidez y que en ningún caso esta devuelve a la víctima de la violencia sea del tipo que sea su dignidad como persona.
Creo que Salander actúa así por su carácter forjado en los ambientes en que le ha tocado vivir, su inteligencia además le permite preparar un plan maquiavélico para vengar sus maltratos, de esa forma su dolor quedará compensado en cierta manera. Siempre dependerá de los criterios de cada persona, para muchos lo importante es llegar al objetivo y da igual como. Para otros lo importante es llegar pero siempre siguiendo un conjunto de reglas morales que converjan con sus formas de ver la vida.
Esta historia incluida en el primer libro de la trilogía de Stieg Larsson nos plantea una pregunta muy clara: ¿El fin justifica los medios? En el caso de Lisbeth Salander creo que sí, ya que estamos hablando de una situación límite, la vida de la protagonista se derrumba día a día y si no pone remedio le puede causar más traumas de los que ya le ha producido. Por tanto creo que en esta situación los medios son lo de menos, lo importante es recuperar su dignidad. El problema surge cuando pensamos: ¿Qué pasaría si todo el mundo se cogiera la justicia por su mano? ¿No seria mejor que Salander hubiera denunciado? Claro está que no podemos tomarnos la justicia por nuestra mano, pero hay situaciones en que el instinto pide que se haga así. En ese momento entra en juego nuestra capacidad de autocontrol y razonamiento, bien es cierto que muchas veces la justicia ataja la violencia con cierta timidez y que en ningún caso esta devuelve a la víctima de la violencia sea del tipo que sea su dignidad como persona.
Creo que Salander actúa así por su carácter forjado en los ambientes en que le ha tocado vivir, su inteligencia además le permite preparar un plan maquiavélico para vengar sus maltratos, de esa forma su dolor quedará compensado en cierta manera. Siempre dependerá de los criterios de cada persona, para muchos lo importante es llegar al objetivo y da igual como. Para otros lo importante es llegar pero siempre siguiendo un conjunto de reglas morales que converjan con sus formas de ver la vida.
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