Con el set informático básico, son capaces de quebrar toda barrera que se les imponga. La mayoría de las veces, se juegan su propia libertad para demostrar que muchas de las tecnologías informáticas son vulnerables y que debajo de esa “debilidad” muchas veces se esconden los hilos de los que utilizan las diversas herramientas tecnológicas para fines alejados de toda ética.
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Vivimos en una sociedad, la occidental, que vive aletargada, anestesiada e inoperante. Nadie es capaz de enfrentarse al poder, de alzar la voz, ya que discrepar en según que estamentos es igual a sufrir presiones, engaños y como final desaparecer. No me equivoco. Al pobre hombre que intenta reivindicar alguna injusticia, tarde o temprano se ve solo, ya que normalmente “la gente no quiere problemas”.
No hay señales de revolución. Da igual que los gobiernos de medio mundo den todo el dinero necesario a los bancos para que puedan “recuperarse”. Mientras, los ciudadanos de a pie, que son –quiero pensar que la mayoría- pagan los impuestos, no gozamos de todos los derechos sociales que sin duda, podrían ser sufragados de manera más que eficiente con tal cantidad de capital disponible. Otra vergüenza es que haya 4.000.000 de parados y el gobierno, que trata de paliar el problema mediante subsidios de paro, no construya instituciones que puedan dar trabajo a los ciudadanos, además de poder mejorar aspectos básicos en todo país como mejores infraestructuras, transportes públicos, herramientas para la enseñanza escolar de TODOS los jóvenes... Muchos ciudadanos están pagando lo que otros por capricho han creado y ellos no eligieron esta situación
Y si miramos hacia el hemisferio sur, la vergüenza es aun más escandalosa. ¿Ni un 0.7% del PIB podemos dar a sociedades que piden a gritos que les den una mano en la que poder agarrarse? ¿Qué tanto por ciento del PIB es el donado a grandes bancos y cajas de ahorro?
Esto sólo son ínfimos detalles de toda la montaña de estiércol que rodea a la sociedad occidental. ¿Y qué hace el ciudadano? Nada. Apretar el botón del mando a distancia, con la mirada que solo alcanza hasta la batería de pixeles, olvidando los problemas consumiendo vidas televisivas falsas.
¿Para cuando una revolución? De momento, habrá que seguir esperando hasta que un día, se cree la primera chispa que encienda la llama que sirva para incinerar toda la mierda que nos rodea, que no hace otra cosa que drogar las mentes ya adormecidas. Es necesaria una revolución positiva para defender el ecosistema que nos da la posibilidad de vivir y a toda la humanidad para que viva dignamente y no tan solo unos pocos.
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